martes, 17 de diciembre de 2013

** UNO PUEDE IRSE....




Complicado momento el que vivimos, lo sabemos. Por muchas razones, muchas. Lo bueno sería que en vez de servir como argumento para criticar, esas razones nos sirvieran para aprender y retomar el pulso social. Y que cada cual asumiera su parte de culpa, ¡por supuesto! Los políticos y la gente de a pie, que todos hemos estrujado la vaca mientras nos ha dado leche. Ahora que escasea, nos llevamos las manos a la cabeza. Pues no. Ahora toca arrimar el hombro y pelear. Porque todo pasa pero no podemos pretender que las cosas se solucionen sin un poco de compromiso y de sacrificio. Cada uno desde su propia atalaya.

Es evidente que las diferencias -sobre todo económicas- se están haciendo insalvables. Que hay muchísimas familias pasándolo muy mal, ¡qué os voy a contar! Y que eso no solo no se soluciona de la noche a la mañana sino que las medidas han de llegar desde mucho más arriba. Pero todos podemos contribuir en nuestra medida, con cosas pequeñitas; consumir en el barrio, dar trabajo -si podemos- a gente cualificada (y mujeres y personas de más de 40 y...), hacer un consumo responsable de medicamentos (por ejemplo) y de recursos en general. Retomar el pulso al civismo y a la convivencia más básicos. Bienestar social, se llamaba...



Costará reorganizar el desaguisado este que hemos creado, es verdad, pero hay que elevar un canto a la esperanza. Trabajar duro y volver a creer en las personas. Y mirar a países que lo hacen un poco mejor; que invierten, que comparten, que gestionan inteligentemente, que piensan en el pueblo... Quizá es demasiado utópico pensar que podemos cambiar de forma de pensar, pero si no creemos, no podremos avanzar. Y quedarnos aquí es muy mala idea.

Os invito a regalaros un ratito de ternura; 
un ratito alejados del ruido, de los problemas, de situaciones de estrés.
Regaláos una sesión de calor y de paz.
Para volver al mundo con ganas de seguir peleando.
Mil besos, mis chicos.
Disfrutemos de la vida...

(....)





"Un día, un florista fue al peluquero a cortarse el pelo. Luego del corte pidió la cuenta y el peluquero le contestó: - No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El florista quedó agradecido y dejó el negocio. Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta.

Luego entró un panadero para cortarse el pelo, y cuando fue a pagar, el peluquero respondió: - No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El panadero se puso contento y se fue. A la mañana siguiente cuando el peluquero volvió, había una nota de agradecimiento y una docena de donuts esperándolo en la puerta.

Entonces un senador fue a cortarse el pelo y cuando fue a pagar el peluquero nuevamente dijo: - No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El senador, contento, se alejó. Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de senadores, 10 diputados, 15 concejales, el alcalde con sus secretarios, la esposa del alcalde y 6 hijos, haciendo cola para cortarse gratis.

No solo debemos elegir con conciencia en las urnas.
También debemos ser floristas y panaderos...."





1 comentario:

Xarnego dijo...

Creo que en estos momentos y en todos,
somos responsables de la economía
de nuestra pequeña comunidad.
Si compramos en la periferia de las ciudades,
en multinacionales o franquicias,
si solo queremos lucir marcas conocidas,
sino damos oportunidad al comercio familiar el de toda la vida,
nos vestimos con ropas de pequeños fabricantes,
sino compramos en la carnicería del barrio,
sino compramos el pan al auténtico artesano.
Puede que algún día no lejano,
encontremos los centros de la poblaciones
sin ningún aparador donde deleitarnos
en el paseo y la vista,
los ricos serán los que más ganen sin trabajar,
y tengamos que aceptar ser sus sirvientes,
porque sus negocios no darán beneficio a otros locales
y sus beneficios irán a paraísos fiscales.
Yo no renuncio a nada, pero pienso donde consumo.
Puede que el pan para hoy, sea hambre para mañana.

Me ha gustado tu bloc.