viernes, 11 de octubre de 2013
** LA ETERNA SONRISA DE MARÍA DE VILLOTA
Acabo de leer que María de Villota ha fallecido. Y son noticias así las que me dejan impactada de verdad, las que dan una sacudida a mi vida para volver a poner los pies sobre la tierra. He leído que María, de 33 años, se encontraba en Sevilla para participar en un ciclo de conferencias en el centro de congresos FIBES. Se trataba del congreso organizado por la Fundación Lo que de verdad importa, que iba a ser retransmitido en directo a través de su web a partir de las 09.30 horas e inaugurado por el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Tras el inesperado suceso, el congreso ha sido suspendido. Se trataba de una iniciativa dirigida a jóvenes universitarios y preuniversitarios en la que los ponentes contaban experiencias impactantes.
Tenía previsto presentar el próximo lunes 14 de octubre su libro La vida es un regalo, un testimonio de coraje que pretendía "invitar al optimismo" pese al grave accidente que sufrió en el verano de 2012 y que le provocó graves secuelas dejándole al borde de la muerte. María recibió un fuerte impacto en la cabeza, por lo que tuvo que ser intervenida de una factura de craneo y perdió el ojo derecho.
El pasado Julio, al cumplirse un año después del accidente, se casó por sorpresa en Santander con Rodrigo García Millán, su entrenador personal, que estuvo con ella en los momentos más difíciles. En recientes entrevistas había manifestado su deseo de ser madre. Publicado por Plataforma Editorial, la obra La vida es un regalo, relata, entre otras cosas, el vuelco que dio su vida tras el accidente que sufrió en las pruebas aerodinámicas con el equipo ruso Marussia en el aeródromo británico de Duxford. Lejos de caer en el desánimo, la tenacidad y su coraje fueron sus señas de identidad desde aquel trágico suceso.
Supongo que por cierta solidaridad femenina, he seguido bastante de cerca la trayectoria de María. Me enorgullece que haya mujeres que sobresalgan en mundos liderados y dirigidos fundamentalmente por hombres. Y como la F1 me encanta, también he ido viendo la sección sobre seguridad vial que ofrecía junto con Antonio Lobato. Un gustazo.
La vida se pasa en un suspiro.
Por eso hay que exprimirla a tope, disfrutar a tope.
Relativizar.
Y dirigir los pasos hacia nuestros sueños;
estar donde y con quien debemos estar.
Mil besos, mis chicos.
Hoy un poquito de luto.
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