La cuesta arriba siempre es un momento crítico del camino. Y en muchísimas ocasiones llega acompañada de esa tormenta inesperada que no hace sino dificultar la visión y hacernos sentir más pequeñitos de lo que de verdad somos. Y perdemos un poco el norte. Nos desorientamos. Nos damos por vencidos. Pero es evidente que necesitamos de esos tiempos de crisis para volver a pisar con paso firme, incluso aunque haya que dar algún pasito hacia atrás. Para tomar impulso...
En ese repecho en el que parece que nos falta el aire, en el que el agua no sacia nuestra sed y en el que los pies nos duelen más que nunca, hay que buscar una roca, quitarnos la mochila y las botas y sentarnos a contemplar el paisaje. Sentarnos a descansar. La cima no es la única meta, ni tenemos por qué avanzar a contrarreloj. Vivir cansa. Y a veces cansa mucho. Así que nos debemos ese tiempo para respirar hondo, para reconducir los pasos; ese tiempo para valorar, para sentir, para escuchar a nuestro interior. Tiempo para volar...
Los cuatro principios de la espiritualidad, pueden ayudarnos a equilibrar nuestro mundo interior.
Modo meditación ON ;-)
El primero dice: “La
persona que llega es la persona correcta”
Es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
El segundo dice: “Lo
que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”
Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: “si hubiera hecho tal cosa…hubiese sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendiéramos esa lección y pudiéramos seguir adelante.
Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
El tercero dice: “En
cualquier momento que comience es el momento correcto”
Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.
El cuarto y último dice: “Cuando
algo termina, termina”
Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Creo que no es casual que estemos leyendo esto; si este texto llega a nuestras vidas hoy, es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.
Mañana más.
Sobre los obstáculos que nos autoimponemos y las actitudes con las que podemos afrontar todo lo que llega a nuestra vida.
Mil besos, mis chicos.
Como siempre, un placer abrir el saloncito para todos y cada uno de vosotros.
Sed felices.
Seamos felices.
...donde los sueños
aún están por construir...
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