Hay mucha gente a la que no le gusta la navidad; por la ausencia de personas queridas, por el trabajo de preparar cenas y comidas opulentas, por tener que elegir regalos... Pero a mí la verdad es que son fechas que me gustan. Y eso que razones para no disfrutarlas me sobran pero creo que la niña que aún llevo dentro pelea fuerte por no desaparecer del todo. Aquello de Peter Pan, que también cantaba Dani...
Me gustan las calles llenas de luces, la decoración de los escaparates, algunos anuncios de la tele (como el que os dejo abajo, que me emociona de verdad...). Me gusta porque es tiempo de juntarse, de estar un poco más pendientes de l@s demás; porque es tiempo de sensibilidad y de solidaridad. Siempre se ha criticado el consumismo que envuelve a estas fechas, que por un lado es innegable; pero también hay que reconocer que socialmente hemos tocado fondo. Estamos viviendo un momento muy complicado y ahora más que nunca hay que arrimar el hombro. Con ilusiones renovadas. Y con un poquito de fe.
Este año me he propuesto retomar el pulso al pequeño comercio, que para eso el Casco lo pone bastante fácil; comprar los productos frescos en las tiendas que se dedican solo a ello (fruterías, pescaderías...) y participar del pulso de comercios autóctonos (me consta que levantados con mucho esfuerzo). También es interesante echar un vistazo a cositas caseras que se venden por internet: pastas y dulces, ropa, accesorios, pan...
Os dejo un villancico muy especial (también sale mi Tontxu... ;-D) que es una delicia.
Os lo regalo, como preludio a los días mágicos de navidad.
Y como siempre, os espero en el saloncito, mis chicos.
Para hacer aún más tiernos estos días de paz y bien...
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