Leo con estupefacción y una buena dosis de indignación la siguiente noticia:
"Una concejal socialista del Ayuntamiento de Los Yébenes en Toledo ha presentado su dimisión después de que se filtrara a las redes sociales un video erótico privado".
A mi esto de la doble, triple o cuádruple moral me ofende poderosamente. Por el qué dirán o por el hecho de sufrir escarnio y mofa en el pueblo -al final a nadie nos gusta que nos señalen-, Olvido Hormigos ha decidido dejar de hacer algo que, entiendo, le gusta y que es su trabajo como política. Y dimite por un asunto personal que todo el mundo, de la forma que prefiere, realiza al calor de su intimidad. Me refiero a que no es nada malo, ni sucio, ni extraordinario, ni molesto, ni dañino, ni bochornoso. Es sexo, sin más. Sensualidad y sexualidad en el contexto que sea. Con uno, con dos o con quince, ya verá ella como se lo gestiona. Y si tiene que dar explicaciones a su marido, pareja, amigos o familia. A nadie más, desde luego. Pero a lo que voy es que, en este país de pandereta -expresión que, aunque manida, sigue definiendo muy bien a las altas esferas del mismo-, la erótica nos sigue pareciendo algo peor que robar. O que comprar armas. O que recortar en sanidad. O que quitar ayudas sociales. O que tener políticos corruptos. O que mantener futbolistas con unos sueldos vergonzosos. O que dejar a miles de familias en la calle. Me indigna sobremanera, qué queréis que os diga. Otra cosa es como se ha filtrado un vídeo de esta índole y ha llegado a ser público. Eso ya es asunto de ella. Pero dimitir por el simple hecho de hacerse visible algo que todo el mundo sabe que hace.... es, cuando menos, absurdo.
Ya podía dimitir Rajoy y toda su panda de arpìas (por una vez, reconozco que las mujeres del PP son malas con avaricia. Que conste que a mi el color y el lado de la cama me dan igual; directamente, no creo en los políticos, porque está más que demostrado que el único hilo conductor es el dinero. El del bolsillo propio, claro. Y como yo he tenido que luchar tanto y me han pateado tanto el culo, directamente no creo en ninguno); de entrada, por mentirosos. Por hacer polvo a los más indefensos, por querer privatizar hasta el aire que respiramos, por gastar en sus sueldos cifras millonarias y dejar en la indigencia a miles de personas. Eso si que es bochornoso, vergonzoso y terrible. Y no el hecho de disfrutar del sexo, que es una de las cosas más ricas que podemos regalarnos. Y que además, despeina ;-))
Por lo visto, aún nos queda mucho por ver.
Cosas veredes, Sancho, que non crederes.
Con esa moralina pseudopsicológica, así nos luce el pelo.
Lo dicho, chorizos tocando la pandereta....
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