Como siempre que vuelvo de viaje, ando corriendo.
Ordenando, organizando, disfrutando.
Sintiendo.
Antes de que se me olvide, gracias a mis chicos de Euskadi, a todos pero sobre todo a los que vinieron el viernes y aguantaron, como campeones, el ruido de las obras del piso de arriba. De verdad, mil gracias. ¡Qué gusto sentirme tan arropada!
A mis brujas, todo mi amor y gratitud por convertir un día gris en horas interminables de buen rollo, de positivismo y de energía positiva. Por no mencionar cierto regalo de cumple espectacular... :-D
A quien ha decidido caminar conmigo y junto a mi...a ver... ¿cómo era? ah, si, ¡GRACIAS! Por todo, por cada detalle, por cada minuto, por cada sueño, por cada paso, por el futuro convertido en presente....
Y gracias a la vida, como cantaba Mercedes Sosa, que compensa las rosas y las espinas y esta vez ha inclinado la balanza hacia la felicidad.
Estoy volviendo....
...aunque necesito, por decir algo, esa cálida trinchera...
1 comentario:
Hola guapa. Yo no recuerdo que hubiera obras el viernes. Solo recuerdo el sonido de las suaves caricias de tus manos sobre mi piel. un sonido que lo llenaba todo.
Besos.
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