Poder decir (y sentir) "Tú me has enseñado...", es un regalo, todo un deleite para nuestra alma, la verdad. Poder hacer consciente que muchas de las cosas que nos enorgullecen de nosotros mismos, han sido obsequios (casi siempre involuntarios) de personas que han pasado por nuestra vida, es un lujo. Y si además somos capaces de compartirlo en voz alta, el gustazo ya es total. De viva voz, por email, por carta... como se nos ocurra. Pero compartirlo.
Tú (...), me has enseñado a ser generosa, a pensar en los demás y en sus necesidades por encima de las mías. Me has enseñado que siempre hay una opción más, una puerta más; y que hay que aprovechar todas las oportunidades que se nos presentan en la vida, porque de todas tenemos algo que aprender.
Tú (...), me has enseñado la paciencia, la sencillez, la libertad. Me has enseñado que hay que luchar y que la vida hay que vivirla con honestidad.
Vosotras (...), me habéis enseñado a sonreir con inocencia, a mirar con inocencia, a sentir la belleza de las cosas que nacen con espontaneidad, que nacen del corazón. Me habéis regalado vida.
Tú (...), me has enseñado la confianza total, el refugio de la amistad, las bondades de compartir sueños, miedos y esperanzas. Y el lujo de compartir planeta propio ;-)
Vosotras (...), me habéis enseñado la ternura, la dulzura, la sencillez, la entrega. Me habéis enseñado
a despojarme de las máscaras, a no necesitar disfraces, a beber la vida a sorbos infinitos.
Tú (...), me has enseñado que se puede esperar lo que se ansía, que se puede disfrutar con armonía y serenidad, que hay miradas y besos que pueden cruzar el horizonte.
Tú (...), me has enseñado el gusto por las cosas bien hechas, por ser una persona seria y por una espiritualidad sensata. Me has enseñado que lo que se empieza se ha de acabar y que nunca hay que poner excusas para evitar el compromiso.
Y todos vosotros me habéis enseñado que siempre se puede volver a empezar y que la vida es un don maravilloso que tenemos que disfrutar.
Los lunes son siempre días que se hacen un poco cuesta arriba.
Pero si los teñimos de rosa ternura,
todo se ve de otro modo...
Hagamos cosas distintas;
salgamos con amigos que hace tiempo que no vemos,
regalémonos una sesión de spa,
un masaje ;-)))
o un paseo especial.
Vayamos al teatro,
a un concierto,
a un espectáculo.
Dejemos que nos sorprendan
todos nuestros sentidos
y todos nuestros instintos...
¡¡hay tanto por descubrir
y tanto por disfrutar!!
Felíz lunes, mis chicos.
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