jueves, 25 de noviembre de 2010

** MUJERES (¡qué orgullo!)

Últimamente me ha dado por escuchar la radio, sobre todo cuando voy en el coche. Ya voy conociendo a los locutores, los diferentes programas, algunas secciones y el estilo de música que se pincha en las diferentes emisoras (me decanto por tres o cuatro que me convencen bastante). Y en este vaivén de las ondas, me resulta cercano contactar con las noticias del mundo de modo breve y escueto, que al final es lo que necesita una noticia para ser difundida. Y no el circo mediático que se monta alrededor de la tele, aunque ese, será otro post para un día de estos.



Así que hoy, he oído con gran alegría, que Ana María Matute ha sido galardonada con el premio Cervantes. Le ha costado 85 años -que se dice muy pronto pero son muuuuchos años-, aunque más vale tarde que nunca conseguir un premio que, según sus propias palabras, "supone la consagración a toda una vida de trabajo, de esfuerzo, de imaginación, y como no, de dudas y de fracasos". Se trata de la tercera mujer distinguida con este galardón en los 35 años de vida del premio. Las otras dos mujeres fueron la española María Zambrano en 1988 y la cubana Dulce María Loynaz en 1992. 



Ana María es  una de las voces más personales y aisladas de la literatura española. Nacida en Barcelona, pasó una juventud marcada por la Guerra Civil española que se reflejó en su primera obra literaria, centrada en los "los niños asombrados" que veían y, muy a pesar suyo, tenían que entender los sinsentidos que les rodeaban. Eso le llevó a plantearse la guerra civil como un enfrentamiento que se manifestará en muchas de sus obras con características neorrealistas como en Los Abel (1948), Fiesta al noroeste (1953), Pequeño teatro (1954), Los hijos muertos (1958) o Los soldados lloran de noche (1964). En todas estas obras la mirada protagonista infantil o adolescente es lo más sobresaliente y marca un distanciamiento afectivo entre realidad y sentimiento o entendimiento. Son obras que se inician con gran lirismo y poco a poco se sumergen en un realismo exacerbado. Después de varios años de gran silencio narrativo, en 1984 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil con la obra Solo un pie descalzo. En 1996 publicó Olvidado Rey Gudú, y fue elegida miembro de la real Academia de la Lengua, donde ocupa el asiento K.




La verdad, un premio muy merecido que, de algún modo, se otorga a varias generaciones de mujeres que han luchado por muchos de los derechos que ahora disfrutamos las mujeres que nacimos en la democracia. Por mi parte, mil gracias.




Dicho sea de paso, hoy se celebra el Día Mundial contra la violencia hacia las mujeres; no es que yo sea muy amiga de los "días de", porque creo que hay cosas demasiado serias como para que se hable de ellas sólo un día al año; pero confiemos en que, mientras los medios de comunicación (repito) alcen la voz, aunque sólo sea un ratito, las carencias sociales vayan siendo tenidas en cuenta cada vez con más fuerza. A quien corresponda, ¡cómo no!


Un besito peleón y femenino ;-)))


http://www.stes.es/mujer/8m.pdf




1 comentario:

magic dijo...

Hola chica ternura, yo tambien me alegro del merecidisimo premio de la Señora Matute, toda una voz lieraria, de las de verdad...
Y en cuanto al los dias "de" pues es lo que tienen, que parece que solamente nos tenemos que acordar de los asuntos importantes justo en ese momento, cuando la realidad es que hay que estár en la lucha diariamente, en nuestro entorno, en nuestro barrio , en nuestra ciudad... nos falta compromiso... y nos sobran razones...
Un abracito tierno compañera¡¡