lunes, 8 de septiembre de 2008

COMPARTIENDO SENTIMIENTOS Y SENSACIONES



No sé si es cultura, historia, costumbre o herencia genética, pero -y perdón por la generalización- tenemos poca tendencia a compartir nuestros sentimientos y nuestras sensaciones en el día a día y fuera de las muestras de afecto que nos profesamos en la intimidad. Nos cuesta hablar de penas, de alegrías, de gustos, de qué cosas nos hacen reir, de la tristeza de tragedias sociales, de afectos... Se pasa la vida y olvidamos decir "te quiero", "te amo", "te estimo", "te echo de menos", "quiero estar contigo", "me gusta tu compañía"... Cada vez nos ocupamos más de nuestras necesidades y olvidamos las de la gente que camina junto a nosotr@s. Y, por supuesto, darnos besos, abrazarnos y acariciarnos, por ejemplo,son expresiones que no abundan; ni siquiera la sonrisa es gesto del que se abuse (que, por cierto, ¡quema calorías!).


Me gusta que vengais a mi saloncito con ganas de compartir, con ganas de sentir cosas nuevas y diferentes. Con ganas de dejaros fluir y con la disponibilidad abierta a la magia y a la ternura. Si necesitais un abrazo, pedidlo; si necesitais mimos, pedidlos. Si queréis explorar espacios nuevos, decidmelo. El único requisito es el respeto.

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