¡¡Qué desidia otoñal la mía!!
Siento andar desaparecida la última temporada y sé que hace muchos días que no me asomo a esta nuestra ventanita, sorry!!; siempre digo que este cuatrimestre se me hace bastante duro y me da la sensación de que avanza más lento de lo normal pero lo cierto es que ya estamos prácticamente en Diciembre, ¡omg! (y confieso que ya he comido turrón, entono el mea culpa! ;-DDD).
El otoño es tiempo de castañas y de calabaza, de granadas, membrillos, chirimoyas y mandarinas, de avellanas y nueces y,¡cómo no!, de dulces navideños. La naturaleza es muy sabia y no debemos alejarnos de su sabiduría y de su generosidad; bueno, vale, el señor sudchard igual no es el mejor de los ejemplos pero un caprichin de vez en cuando también hace bien al alma. A mí dame un Felipe II y me conquistas for ever... ;-DDD
Aprovechemos para comer sano, para recargar pilas que el invierno viene duro; aprovechemos el torrente de vitaminas que nos aportan las frutas y las verduras de temporada y aprovechemos, sobre todo, para revisar el año pasado y reorganizar el nuevo. Que ya nos va tocando la famosa lista de propósitos de año nuevo... En el próximo post, análisis y nuevos objetivos. A ver cómo nos sale...
Mil besos, mis chicos.
Disfrutemos de tardes de manta, de bebidas y comidas calentitas, de bucólicos paseos por nuestra increíble geografía... Disfrutemos de cada pequeño regalo que nos llega con cada nuevo día... Disfrutemos de la luz y de la gente buena...