
...cada nueva persona que se anima a pasar por el saloncito y se pone en mis manos, es un reto para mi, un regalo que procuro descubrir y disfrutar. Cuando, pasado ese momento de incertidumbre, decidís que quedaros desnudos y confiar en mi es posible, entonces surge la magia. Y la confianza se convierte en ternura.
Yo sé que no es fácil desnudar el alma y el cuerpo pero también sé que si cuando os abandonais a mis manos, yo os debo dar lo mejor. Y de hecho cada un@ sois especiales, diferentes; no a todo el mundo le gusta ni el mismo ritmo ni la misma intensidad ni disfruta igual de las caricias. Es evidente que he de jugar con vuestros deseos y con la información que me dáis. Y eso es lo bueno: que casi siempre nos comunicamos sin necesidad de intermediar palabras.
Siempre os digo, de todos modos, que lo que querais decirme -sea lo que sea-, lo aceptaré con sumo agrado porque quienes mejor os conoceis sois vosotr@s mism@s y por lo tanto, nadie mejor que cada un@ para ayudar a hacer mi trabajo aún más placentero -para vosotr@s y para mi-.
Gracias. Os las debo. Por la confianza, el cariño, la paz, la magia, los silencios, las palabras, las risas, las ideas; gracias a quienes probais y a quienes repetís. Gracias, pero de verdad.
Sabed que siempre está la puerta abierta...
...y mis manos preparadas.
Besos con aroma de aceite...
te lo dije ayer pero quiero que le sepan otros tambien, que tu masaje fue algo magico, fue especial y diferente, como dices tu. cada uno tenemos un don o algo asi, el tuyo es dar masajes porque no he probado manos tan maravillosas ocmo las tuyas. asi que, larri, soy tuyo.
ResponderEliminarjose