...gracias por seguir ahí.
No es justo lanzar una retahíla de excusas limpiaconciencias, así que solo os diré que siento tener el saloncito un poco olvidado. Hay muchas razones, la verdad; algunas más importantes y otras un poco más superficiales (de vez en cuando, también hay que darle una tregua a lo banal... ;-D) pero el caso es que las etapas de la vida marcan un tempo concreto y hay que intentar escuchar lo que nos ronda a cada momento. Y este es un momento de esos en los que la montaña rusa silencia su engranaje y sientes que la bajada está a puntito de llegar.
Wow.
Tengo mis propósitos de Año Nuevo (¿veis cómo pasa el tiempo?) más que olvidados, algo que me disgusta mucho, dicho sea de paso. Voy a retomar uno de ellos, de los que aún están en proceso (y los que seguirán por ahí a lo largo de mi vida, me temo). RELATIVIZAR. Relativizar en general. Básicamente todo aquello que nos hace sufrir y que no está en nuestra mano solucionar. Relativizar lo que nos hace daño, lo que nos molesta, lo que nos duele, lo que no nos gusta de nuestra actitud. Relativizar. Y mirar en positivo, siempre confiando que todo va a solucionarse y que, seguramente, sólo es cuestión de tiempo, de tener (un poco de) paciencia. POCO A POCO, que dice un sabio loco.
Cuidaos, mis chicos.
Por cierto, el Athletic ya está en la final de la copa.
Wow.
Y los próximos tres lunes (13, 20 y 27), estaré dando masajes en Leioa. Llamadme y os cuento.
¡¡Abrigaos!!